En la espera frugal

 

Me cabe esperar
detrás de una esquina de silencio
que descubras al enemigo
que te apoderes de su nombre
para lanzar la amenaza de destruirle

Yo puedo esperar
en una trinchera sin agua ni ingenuidad
que inicies la batalla
con nuestros nombres por escudo
y una lanza envenenada de amaneceres

Debo esperar
dentro de un agujero blanco
el ataque vertical de los recuerdos
la emboscada horizontal de la pereza
el disparo a muerte de la realidad

Y después de la espera esperaré
que te sangre la piedad
hasta que deje de latir la resistencia
y abras cada herida como puerta
y cruces la sombra aunque pases frío
y que te mueras mil veces en mil muertes cada mil muertes que se muera el enemigo
y que en tu última muerte lo dejes con vida
y que resucites en la firma de un armisticio
y que entonces corras a traerme esa paz
porque se me desangra un mundo en la conciencia
porque se me mueren a diario los hijos de los hijos de los hijos
porque yo ya no puedo luchar
y de mi última resurrección se me pegaron a los ojos las cenizas
y se me quedó para siempre clavada en la espalda
la huella profunda y honesta
de un mundo mejor y una frugal esperanza…